La revolución informática, que tuvo lugar en las últimas décadas, dejó instalada la idea de un “progreso” ilimitado. El auge de Internet, la cibernética y las nuevas tecnologías computacionales vinieron a prometer un futuro (no muy lejano) de expansión infinita de las posibilidades humanas.
Sin embargo la historia de los últimos años ha dado cuenta que la expansión interminable de la red digital, ligada a la perspectiva neoliberal de globalización económica, no constituye necesariamente un avance positivo en sí mismo y que, por el contrario, arrastra consigo profundas y caóticas transformaciones en el nivel de las subjetividades.
Franco “Bifo” Berardi es uno de los filósofos que mejor logró problematizar las complejidades y los desencuentros propios de la era digital, martillando todo tipo de planteo superficial e incomodando a los fervientes defensores de la tan admirada “revolución tecnológica”.
Desde una perspectiva que combina categorías marxistas y elementos propios de ezquizoanalisis, Berardi se pregunta por la mutación que está experimentando la sensibilidad y la sensitividad en la actual transición tecnológica.
¿Qué tipo de mutación se genera a partir a partir de la implementación de la tecnología digital en la vida cotidiana? ¿Hasta qué punto la mutación digital está interviniendo en las formas de percibir nuestro entorno así como también en la manera en la que lo proyectamos? ¿Están los humanos perdiendo sensibilidad a medida que la comunicación pasa cada vez menos por la conjunción de cuerpos y cada vez más por la conexión de máquinas, segmentos, fragmentos sintácticos y materia semántica?
Para Bifo el hecho de habitar en un entorno digital la mayor parte de nuestras vidas produce una serie de variaciones en la cognición, la percepción y la sensibilidad.
En ésta línea, el planteo central de su “Fenomenología del fin” consiste en describir el desplazamiento de un mundo en el cual la relación entre cuerpos y signos era procesada a través de la sensibilidad –concatenación conjuntiva– a un régimen en el que solo operamos con signos ya codificados, con combinaciones preestablecidas por una previa compatibilización –concatenación conectiva-. Este proceso va generando una perdida en nuestra capacidad para “detectar lo indetectable, para leer los signos invisibles y para sentir los signos de sufrimiento o placer del otro”. Es decir vamos perdiendo nuestra habilidad para percibir el cuerpo del otro como una extensión viva de nuestro propio cuerpo. Se erosionan las posibilidades de construir relaciones empáticas y se generan las condiciones para la emergencia de todo tipo de violencias interpersonales.
Por otro lado en éste contexto de desenfrenado avance tecnológico, el entorno humano –lo que Bifo llama la infoesfera- se va poblando de flujos de información que circulan a velocidades vertiginosas, que son incompatibles con la capacidad de recepción del cerebro individual y social. Esta dinámica explica, por ejemplo, muchas de las patologías psicológicas que asolan a los sujetos de las sociedades modernas: ansiedad, pánico, sobreexitación o depresión.
Pensar algunos de los rasgos centrales de este fenómeno de mutación antropológica es la principal preocupación que se despliega a lo largo de las 359 páginas de “Fenomenología del fin”.
Al decir de su autor es éste el “menos político” de sus libros ya que en él no solo se habla de trabajadores explotados y del capital, sino también de la piel, del sexo y la visión. Sin embargo podemos animarnos a contradecirlo y afirmar que este es un libro con una potencia política formidable, que abre preguntas urgentes para una época que requiere agilizar y profundizar un pensamiento crítico que re-ligue cuerpo y teoría y nos permita pensar estrategias colectivas para volver a sensibilizar el mundo que habitamos.
Título: Fenomenología del fin. Sensibilidad y mutación conectiva
Autor: Franco “Bifo” Berardi
Editorial: Caja Negra. Año: 2017